viernes, 23 de marzo de 2018

¿Te acuerdas de la mano de Dios?



- Ya sé que la pregunta de cabecera puede resultar un poco chorra para todos aquellos amantes del balompié, pero como yo soy un tipo tradicional, me gusta cumplir con el respetable protocolo de Fútbol Sin Tapujos. Y ahora, sin más dilación, vamos a recordar un poco aquella mano que sería el preludio de una victoria mundialista.

Copa del Mundo de México 1986. Estadio Azteca a rebosar y soleado en un domingo 22 de Junio de 1986. Sobre el verde, dos potencias mundiales como las selecciones de Argentina e Inglaterra, dirigidas por Carlos Bilardo y Bobby Robson.
Por los argentinos hallábamos a los Pumpido, Valdano, Cuciuffo, Olarticoechea, Ruggeri, Batista y Burruchaga entre otros. En la escuadra inglesa formaron hombres como Lineker, Steven, Reid, Fenwick, Hoddle, Beardsley y el eterno Peter Shilton.

¡No, leches!, ¡que no me olvido de ellos!. Faltan los grandes protagonistas de este encuentro de cuartos de final, el accidental asistente y Dios, es decir, el bueno de Steve Hodge y Diego Armando Maradona.

Sobre el encuentro podría hacer una especie de completo artículo a la altura de cualquier diario deportivo, pero tampoco me quiero poner chulo. Me basta con decir que Maradona se empeñó en sellar el pase a la semifinal lo antes posible y como fuera... ¡Amén!.

Hay que dar su protagonismo al llamado "gol del siglo" o "gol de la historia de los Mundiales". Aún recuerdo ese dibujo solar que plasmaba una estrella en el centro del campo por medio de una especie de lámpara gigante que formaba parte del espectáculo.
En ese mismo punto recogía el esférico el Dios del fútbol. Mediante una ruleta se deshizo de dos contrarios y emprendió una fugaz carrera hasta la línea de meta regateándose a toda Inglaterra con una combinación de fintas y zancadas. Se fue del portero y de la Reina de Inglaterra. Ese fue el 1-0.

Por goles como aquel, aún me pregunto como hay tanto osado diciendo que Lionel Messi es el mejor jugador de todos los tiempos... Habría que verle ganar un Mundial de esa manera, aunque aún está a tiempo.

El segundo tanto llegaría en apenas cinco minutos. ¡Ojo que llega la polémica!. Los argentinos inician una jugada desde la zaga que pasa toque a toque por varios futbolistas. Llega la pelota a Olarticoechea y éste combina con Maradona, que en principio parece que quiere repetir la jugada del primer gol.
No obstante, tras evadirse de varios contrarios con calidad, trata de cederle el balón a Jorge Valdano, pero cubriéndole de cerca se hallaba Steve Hodge, quien en una intentona de despejar el peligro acaba haciendo una desafortunada asistencia al astro argentino, que acabaría haciendo el gol sentenciador.

Momento del milagro bíblico en el que se aprecia el resplandor de la mano de Dios.

- ¿Y cómo fue el gol?. Pues que se lo pegunten al pobre de Shilton, que con su superior estatura observa como un champiñón le acaba haciendo la puñeta, una especie de "shoryuken" que tumbaría al mismísimo Zangief.
Bueno, me van a perdonar mi ida de olla con "Street Fighter", pero es que la maniobra del argentino se asemeja mucho al puñetazo volador del videojuego. En definitiva, que Diego Armando se marcó una "sevillana aérea" para establecer el 2-0.

A falta de una polémica para la "moviola", este histórico tanto trae dos, aunque la del fuera de juego se rompe al ser el balón tocado por un rival. La mano... hombre, pues es bastante evidente.

Lo único que pudieron hacer los ingleses fue protestar y maquillar el resultado con un golito del gran Gary Lineker, en mi opinión, otra deidad del balompié. El colegiado Ali Bennaceur, a quien aquel día y durante muchos años le pitan y seguirán pitando los oídos, decretó el final del encuentro, lo que significaría el pase de Argentina a la semifinal.

El propio Maradona llegó a frenar tantos dimes y diretes sobre aquel polémico gol. En el programa deportivo "La Noche del 10", el crack llegó a reconocer que había anotado aquel gol con la ayuda de la mano... La mano de Dios. Ni corto ni perezoso, Dieguito añadió: "La historia ya está escrita".

La selección argentina superó a Bélgica en la semifinal con otros dos tantos del Dios sin necesidad de usar la mano. Ya en la final, Alemania Federal trató de amargarle la cena a Víctor Hugo, pero los albicelestes no desaprovecharían la ocasión y se impondrían por 3-2 con los goles de Brown, Valdano y Burruchaga. Tampoco hizo falta la mano de Dios, pero si sus asistencias y gran juego, porque fue "El Mundial de Maradona", el "Mundial de la mano de Dios". Fin.


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