viernes, 9 de marzo de 2018

De moda: Las dichosas tiritas nasales.



- Los tiempos noventeros aportaron muchas modas innovadoras que nos hacen recordar aquellos años en los que cualquier cosa valía para destacar sobre los demás, casi a la altura de la década de los ochenta. Camisas de cuadros, pelo a lo casco, perilla, predominaba el blanco y negro en las prendas... ¡Y las tiritas nasales!, que parecían salidas de un anuncio nocturno de esos que te venden cualquier cosa.

Era muy típico ver a jugadores de cualquier país luciendo esa banda semirrígida durante aquella época, aunque fuera solo por dar la nota. Recuerdo cuando ya me picaba la curiosidad en exceso y, en medio de un partido, ese típico domingo en el que te acercas a un señor y le preguntas por qué todos los futbolistas llevan esa tirita. Éste respondía con seguridad: "¡Para respirar mejor, chaval!".
Y de repente se convirtió en una costumbre. Muchos fueron los jugadores de la Liga Española que lucían este dichoso "atuendo", por que ya parecía eso. Patxi Ferreira, Albistegui, Alfaro, Nando... Muchos sucumbieron ante el encanto absurdo de esta moda.

Los orígenes. Al parecer, la moda se hizo más patente durante la Eurocopa de Inglaterra 1996. Fue febril, pues muchos futbolistas lucieron este extraño adhesivo en la napia como si fuera bonito de ver o para hacerse el guay.

Aquella costumbre se hizo cada vez más viral. Todos querían una tirita nasal, incluso las vi en partidos de barrio, chavales que se creían profesionales solo por emular a sus ídolos en un campo de cemento. Era curioso.
Observabas a los jugadores y a simple vista daban una imagen de tipos duros. Era como si acabasen de salir de una pelea de bar y la típica mesonera amable hubiera curado la herida con esa simple tirita que al principio valía una pasta.

No solo se usó en el mundo del fútbol, pues ya vimos a Abel Antón cruzar la línea de meta de la Maratón de Atenas con una nariz adornada por este cutre artilugio. Ciclistas, corredores, tenistas... De repente todo el mundo se volvió loco, aunque la moda no duró mucho.

Como cuando entra tu hermano mayor por casa y te agua una fiesta privada, aparecieron los experimentados médicos acusando a esta tirita de nociva para el deportista. Sí la aconsejaban para  atletas en situaciones muy especiales, como por ejemplo, para entrenarse cuando tienen una rinitis producida por un resfriado común.
También fue aconsejada para aquellos de nariz fracturada, torcida e incluso a los más nasones. Nunca debería usarla un deportista en buenas condiciones, y menos los que padecen una patología alérgica nasal.

Neymar es uno de los futbolistas que nos han sorprendido reintegrando la tirita nasal en el fútbol.

- Ubicada siempre en sentido transversal y cubriendo ambas fosas nasales (en mitad de la tocha), se aconsejó que los deportistas prescindieran de esta tirita que tanto se popularizó en los años noventas. Y no lo ha dicho cualquiera, lo han asegurado los científicos de la Universidad de Buffalo (New York).

Hay jugadores que aún se resisten a creerse las pamplinas de aquellos que han estudiado a conciencia Medicina. Un claro ejemplo es el señor Neymar, al que no hace tanto le vimos luciendo este "parche" en su nariz, a lo mejor se sentía nostálgico o pretendía lucir a juego con  la diadema que portaba en su frente... a saber. El caso es que la tirita nasal fue una de las modas más sonadas de los noventa, a la altura de la perilla mundialista de 1994.

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