- Los líos nocturnos, los escándalos sexuales y los actos de indisciplina han formado y formarán siempre parte del mundo del deporte, pues hay profesionales que saben gestionar sus salidas nocturnas -o diurnas- y los hay que se les va de las manos.
Evidentemente, hoy hablaremos de los que no controlan bien sus juergas, ya que no debemos ver al futbolista al típico deportista que debe comer pasta y verdura y quedarse en casa a ver la tele y dormir.
Al igual que un fontanero, un empleado de la banca, un carnicero o un camarero, el futbolista también tienen derecho a recrearse, eso sí, siempre y cuando tengan la suficiente cabeza para no acabar metido en líos.
- Hoy en día, gracias a los métodos tecnológicos y las redes sociales, es más fácil saber quien la lía y quien no. Está claro que el tema de la nocturnidad y los actos sonrojantes ya viene desde lejos, pues cualquiera le decía a Rafael Moreno "Pichichi" que no se tomara unos "txikitos" con sus compañeros de equipo. ¿Quién tiene derecho a juzgar la libertad de cada uno?.
Lo malo es cuando la situación se descontrola y la información llega al club, o peor aún, a los medios nacionales. Entonces sí se está delinquiendo, lo que puede acarrear graves consecuencias para el futbolista infractor.
Que a muchos les gusta la cerveza, el baile y disfrutar la vida es algo normal. Incluso durante décadas atrás era normal ver jugadores tomándose una copa de whisky fumando un buen habano, y si no que se lo digan a Bobby Charlton o Johan Cruyff. Ciertos jugadores tenían su vida ajena al campo y supieron llevarlo con absoluta discreción.
¿Quién no recuerda a Robert Prosinecki fumando un pitillo tranquilamente durante el descanso de un partido?. Algunos aficionados se echaban las manos a la cabeza al ver fumando al croata, pero eso fue algo que se hizo toda la vida. Es cierto que ahora mejor sería guardar las formas, claro.
En su día, Romário de Souza ya alegó: "La noche siempre ha sido amiga mía. El día que no salgo, no marco". El catalán Quique De Lucas apoyaría la teoría pues, ¿Que más da lo que haga un futbolista si está rindiendo en cada partido?.
Lo ideal es que el jugador respete los días previos al entrenamiento o a un partido. Y eso es lo que se debe hacer. ¿Qué más da si Ronaldinho Gaúcho canta o si a Lionel Messi se le vio en un club de alterne?.
Ya sabemos que las fiestas con tremendas ingestas de alcohol son muy populares por Inglaterra, pero en otros países no nos quedamos atrás. A Wayne Rooney no se le queda muy atrás Iker Muniain, por poner un ejemplo.
Lo que ya es inaceptable es el escándalo sexual. Esto ya sobra en el fútbol y cada vez son más los casos que nos encontramos: el famoso trio de Sergi Enrich y Antonio Luna, el presunto caso sexual de Mathieu Valbuena y Karim Benzema, Neymar Júnior y sus líos en un hotel... Aquí pocos se libran.
Hay nombres que ya casi suenan a festividad, como son los del fallecido Diego Armando Maradona y el norirlandés George Best, dos legendarios e inolvidables futbolistas que no supieron ocultar sus bochornosos modos de vida.
Hay casos más "lights", como las pilladas de masturbación de Éver Banega y Andrés Guardado o las fiestas más frikis de Javi Martínez y el ya citado Muniain. En cualquier caso, hay escenas sexuales que avergüenzan al fútbol.
Neymar ya es más noticia por su vida a lo Nacho Vidal que por su juego. |
- Agresiones en medio de la noche como la de Juanele, las juergas galácticas de Guti, las inevitables salidas de Mágico González, Peter Crouch y su alcoholismo, igual que Eric Cantona, Diego Tristán, Sócrates, Jack Wilshere.
Después el tema de los escándalos sexuales de Neymar, Benzema, Yaya Touré, Carlos Salcido, Ronaldo Nazário, Antonio Valencia, Cristiano Ronaldo... Incluso numerosos jugadores de una plantilla la han llegado a liar.
Hay cosas que entran dentro de la comprensión y otras no. El caso es que en el mundo del fútbol es muy común acabar viendo bochornosas situaciones que pueden oscurecer la carrera deportiva del mayor crack de la historia.
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