domingo, 20 de diciembre de 2020

¿Te acuerdas de cuando Míchel se lo mereció?


- Ya han pasado treinta años de aquel Mundial de Italia 90 en el que Miguel González "Míchel" quiso demostrar a todos que tanto su selección como él valían más de lo que las malas lenguas criticaban por entonces.
Hay frases de este deporte que pasan a la posteridad, bien por convertirse en pura filosofía o por marcar el comienzo o final de una gran era. En este caso fue un simple grito al viento sobre el verde, el famoso "¡Me lo merezco!" de Míchel. 

Nada tenía que ver aquella España con la de los últimos años, pues veinte años después de aquel clamor justiciero, "La Roja" se coronaría campeona del Mundo, repitiendo el título de la Eurocopa dos años después.

Míchel ya se había convertido en entrenador. Es más, su hijo Adrián González ya se hallaba jugando en Primera cuando su padre se preparaba para tratar de demostrar otra de sus cualidades, la difícil tarea de entrenar a clubes. 

Perteneciente a aquella famosa "Quinta del Buitre", el madrileño afrontaba su segunda Copa del Mundo con la España de Luis Suárez, viajando a Italia en vísperas del verano de 1990 con la ilusión de competir en el torneo más importante a nivel de selecciones, el Mundial de Italia 90.
La selección española contaba con jugadores de la talla de Martín Vázquez, Andoni Zubizarreta, Chendo, Julio Salinas, Alberto Górriz, Manolo Sanchís, Emilio Butragueño y Genar Andrinua, entre otros con los que contó el ilustre seleccionador español.

Parece que el bueno de Miguel no contaba con mucho apoyo por parte de los medios y todos aquellos aficionados que trataban hundir cada vez más al centrocampista madrileño, que sin duda tenía gran calidad.

Ya sabemos que el fútbol es muy cruel, y el combinado nacional asistió al mundial italiano criticado con dureza, algo que pagarían hombres como Butragueño, Salinas o Míchel, aquel emblemático futbolista del Real Madrid que en cada visita a los estadios era menospreciado con el clásico cántico de "Míchel, Míchel, Míchel maricón". Aunque esto sería poco después, cuando al jugador se le ocurrió agarrar las partes nobles de Carlos Valderrama.

El caso es que ya por entonces era criticado con excesiva dureza, y solo en el Mundial de Italia podría resarcirse. Miguel González acudiría a la gran cita partiendo como un fijo en el once de Suárez, algo que no entendieron los más críticos. 

No hubo suerte en el primer partido de la fase de grupos, el que se disputaría en el Stadio Friuli con España y Uruguay como protagonistas de un soso encuentro que se saldaría con un aburrido empate a nada.
Las críticas irían en aumento según se iba acercando el siguiente "match" contra la modesta Corea del Sur. Míchel sería uno de los más señalados por los detractores e inconformistas, algo que preocuparía en exceso al centrocampista.

España ganaría por 3-1 a Corea del Sur, gracias al claro merecimiento de Míchel González.


- Entonces llegaría el gran día, ese momento para demostrar su valía para acallar bocas. Una vez más en Udine, la selección nacional recibiría otro incómodo rival, la revolucionaria Corea del Sur de "Caballo Loco", es decir, Joo-Sung Kim.
Aquella calurosa noche del 17 de junio de 1990, los de Luis Suárez tratarían de salir a por todas contra su rival. Míchel marcaria su primer tanto, el que poco después sería contestado por un gol de falta de Hwangbo Kwan.

Míchel respondería con otro golazo de falta, poniendo la puntilla con un hat-trick, otro tanto de bella factura en el que el madrileño hizo dos recortes para poner el balón allá donde no pudo llegar el portero coreano.

Entonces llegó el momentazo, la lógica y enfervorizada celebración de un Míchel que echaría a correr como un loco celebrando el gol con un rotundo grito: "¡Me lo merezco!"- exclamó el mediocampista español. 
Luego llegarían las erróneas interpretaciones. Algunos pensaron que se dirigió al público realizando una peineta, cuando realmente alzó el índice para defender su propio honor tras firmar una gran actuación que daría la victoria a su equipo por 3-1. Lo que sí se pudo escuchar con claridad, fue su auto-merecimiento, el que bien podremos apreciar en el siguiente vídeo:



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