jueves, 10 de diciembre de 2020

El personaje: Manolo el del Bombo.

 

- Todo club tiene un aficionado especial, en San Mamés, Benito Villamarín, en el Bernabéu, Anoeta, Camp Nou, Balaídos, Sánchez Pizjuán, Mestalla... Me paro en el último estadio, porque es uno de los que más veces ha visitado nuestro personaje de hoy: Manolo el del Bombo.
Además de seguidor valencianista, es el inconfundible hincha de la selección española, a la que ha acompañado desde que se decidió a viajar sin parar, y así disfrutar de ese deporte que tanto le gusta: el fútbol.

Acompañado de ese bombo al que quiere casi como un hijo, con su gigantesca boina y una camiseta talla XL de la selección nacional de España, Manolo ha hecho más kilómetros que Miguel Indurain en toda su carrera como ciclista.

Su verdadero nombre es Manuel Cáceres Artesero y nació el 15 de enero de 1949 en San Carlos del Valle (Ciudad Real). Es obvio que todo España lo conoce, pues no hay cámara que no lo enfoque en la mayoría de los partidos en los que juega "La Roja", esa que tantos gustos y disgustos le ha dado a lo largo de su vida.

Empezó a viajar en 1976, encaminándose a Chipre para apoyar al equipo de su país. Su rojo y amarillo le motivaría a ir por todo el mundo para iniciar la leyenda del archiconocido aficionado español, ese que no se ha perdido un partido desde aquellos lejanos años setenta.
Puede presumir de haber estado en México 86, Italia 90, USA 94, Francia 98, en el Mundial asiático de 2002, y hasta ejerció como anfitrión en la única edición mundialista que se presentó en España, la de 1982.

Ha llorado, reído, lamentado y disfrutado, y sobre todo ha celebrado las Eurocopas conquistadas por España en 2008 y 2012. Eso sí, la gran gesta que Manolo nunca olvidará será la de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. Al fin vio a su querida "Roja" como campeona del mundo.

Manolo ha llegado a reconocer que la selección le llegó a dar facilidades para asistir a sus encuentros, teniendo que pagarse únicamente el billete que le llevase de Valencia a donde esté concretada la salida de la expedición.
Ha pasado por casi todos los países del mundo y se ha merodeado toda España para disfrutar del fútbol haciendo sonar su bombo "hipertuneado". Seguro que sus interminables periplos esconden miles de anécdotas.

Hace años que llegó a montar su propio negocio a orillas del campo de Mestalla, un bar para los más gustosos del balompié al que bautizó como "Tu Museo Deportivo". En este refugio de tapas y cañas exhibe muchos tesoros de sus viajes, así como fotos de sus viajes, que son sus trofeos particulares.

Hemos visto la cara sonriente de Manolo en cada partido, aunque también le hemos visto abatido. En 2017 apareció ante las cámaras con sus ojos inundados en lágrimas a causa de que alguien le había robado el bombo durante el España-Colombia celebrado en La Condomina. Posiblemente fuera una broma de mal gusto, ya que horas después, Manolo recuperaría su bien más preciado. 

Vemos a Manolo con su bombo en plena acción, durante un partido de la selección.


- También ha llegado a declarar que debería empeñar su bombo para poder comer, y es que la crisis mundial del Coronavirus obligó a cerrar todos los establecimientos de la hostelería, por lo que su bar solamente le dejaría deudas.
Parece que el del bombo sale a flote, y parece que ayuda no le ha faltado. Dicen que hasta el mismísimo Álvaro Morata ha llegado a ofrecerle trabajo en uno de sus negocios. ¡Todo sea por salvar el bombo de Manolo!.

Ya son muchos años dedicados al fútbol como aficionado, y seguro que Manolo solo espera que el virus se vaya para poder seguir disfrutando del fútbol. Al menos en el extranjero, hay estadios a los que podrá asistir. 

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