domingo, 31 de enero de 2021

¿Te acuerdas del "pero esto qué es" de Matías Prats?


- Todos conocemos la faceta más picaresca y simpática de un periodista en letras mayúsculas como es Matías Prats Luque, hijo de otro memorable experto en deportes y padre de un heredero que ya lleva años en esto, todos con mismo nombre y apellido.

Pero cualquier profesional puede perder los nervios ante un importante acontecimiento, y ya hemos presenciado en directo diversos cabreos por parte de grandes profesionales de la televisión, como lo es el bueno de Matías.
A él le tocó ser protagonista de uno de los momentazos de la historia de nuestro deporte. Fue en los prolegómenos de la celebración del Mundial de Francia 98, justo antes de la ceremonia de inauguración, y TVE estaba ya conectada para contarnos los preparatorios. 

La Torre de Eiffel de fondo, Matías Prats tan elegante como siempre y dispuesto a informar a todo aquel que encendió su monitor para conocer de primera mano todo lo que aconteciera por el país vecino antes de que el balón echase a rodar.

Yo lo recuerdo como el típico mediodía tranquilo, antes de marcharme a mi lugar de trabajo. Todo sonaba a la inminente Copa del Mundo, la que estaba a punto de iniciarse para deleite de todo gustoso por el balompié.
El presentador madrileño buscaba conectar con sus compañeros para poder transmitir toda noticia importante en cuanto al torneo en cuestión. El escenario a buscar sería el Stade de France de Saint-Denis, inaugurado en aquel mismo año para ejercer como una de las sedes del Mundial.

Parece que algo no iba bien, aunque apenas se podía reflejar en el rostro de un profesional curtido en mil batallas. Sin embargo, todo empezaría mal cuando Prats pidió paso a la localidad de Chantilly, donde se hallaba el ex-futbolista Miguel González "Michel", que colaboraba con Televisión Española como enviado especial.

En pantalla aparecería otra leyenda del deporte español, pero no estaba en Chantilly, sino en el aeropuerto de Montpellier. Era un José María Bakero muy campechano, retransmitiendo a su bola con micrófono en mano y dando parte de su llegada al país vecino. 

Con un marcado acento vasco, un ilusionado e inocente Bakero hablaba ante la cámara como si estuviese junto a su cuadrilla del txoko. Imagino que eso ya encendería la moral de Matías, quien había solicitado la presencia de Míchel.
El enviado vasco continuaría compartiendo sus impresiones: "Vosotros estáis allí, yo aquí en Montpellier...". José María concluyó su parte y Prats volvería a la pantalla principal, visiblemente algo irritado, pero siempre elegante.

Saliendo del apuro de la mejor manera posible, el presentador insistiría en conectar con Chantilly, donde Míchel debería estar expectante junto a José Ángel de la Casa para informar al público... pero aquella tarde nada saldría bien.

José María Bakero ofreciendo sus impresiones desde el aeropuerto de Montpellier.


- En lugar del ex-jugador madrileño, saldría otro colaborador en pantalla que se hallaba con Miguel Ángel Nadal, otro retirado profesional del fútbol que se compartiría su opinión mientras que Matías sostenía un cabreo de agárrate y no te menees. En ese preciso instante se escucharía el inolvidable "Pero... ¿¡PERO ESTO QUÉ ES, PERO ESTO QUÉ EEEES!?"

No sé muy bien como acabaría la cosa, pero Matías parecía bastante irritado y supongo que precisaría de la ayuda de unas tilas como para calmar semejante enojo. Para nosotros fue algo épico y de lo que hicimos guasa durante años.
El Mundial de Francia seguiría adelante, con una participación de la selección española decepcionante, como solía acostumbrar por aquellos años. Es más, de esa Copa del Mundo se recuerda más la pataleta del presentador que el papel del combinado español en el torneo.

Aquel frustrante momento de Matías Prats pasó a la posteridad, siendo aún recordado por todos aquellos que disfrutamos de aquella Copa del Mundo. Hoy en día podemos hallar reproducciones de este directo, como el que veremos a continuación: 





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