- A veces el destino nos guarda casos insólitos o casualidades de la vida. También hay veces que me pregunto si la Federación crea el calendario liguero a conciencia, porque no es la primera vez que se dan coincidencias como la que le pasó al Real Madrid en las campañas 91\92 y 92\93.
La verdad es que no me decanto ni por Barça ni Real Madrid, pero para los que nos gusta el fútbol, fueron dos bonitas finales que merece la pena vivir. Casualidad o no, el Barcelona de Johan Cruyff le levantó dos Ligas en la última jornada al equipo merengue.
Los únicos cambios que podemos registrar de un año a otro son las caras del banquillo blanco y algún que otro futbolista. En el primer disgusto merengue, Leo Beenhakker sería el entrenador madridista, y al año siguiente le tocaría a Benito Floro.
Por lo demás, mismos protagonistas, mismo día veraniego y mismo escenario, el Heliodoro Rodríguez, campo gafe desde entonces para el club de Chamartín. El Barça del "Dream Team" -haciendo sus deberes- a la espera de lo que haga el Tenerife en su feudo, que empezaría con derrota tras un gol de Fernando Hierro.
Parecía sentenciar el rumano Hagi con un golazo de falta al larguero, pero los blancos celebraron la fiesta demasiado pronto. Aquel 7 de junio de 1992, no acabaría como empezó, y de ello se encargó Quique Estebaranz con un gol "maradoniano" (2-1).
Por si ya no creían en brujas, los madrileños tuvieron dos acciones extrañas que arruinarían su título de Liga. Primero Rocha en propia puerta, y luego una mala cesión de Sanchís, acabarían por decantar el encuentro para los chicharreros. Buyo nada pudo hacer con el sol en contra para atajar el mal pase del compañero y Pier supo aprovecharse de ello.
Festejo para los catalanes, que por su parte habían ganado por 2-0 al Athletic de Bilbao. Las caras de los madridistas lo decían todo. Desolados y estupefactos abandonaron el césped del Heliodoro con ganas de no volver.
Pero no fue así, puesto que al año siguiente coincidiría de la misma forma, solo que al Barcelona le tocaría lidiar con el otro vasco, la Real Sociedad. Otra vez sol, y mucho calor. De nuevo los porteros con la clásica gorrilla para protegerse del Lorenzo tinerfeño, que una vez más sería testigo de otro milagro liguero.
Día 20 de junio de 1993, y el Tenerife esta vez se juega la clasificación para disputar la Copa de la UEFA por vez primera en su historia. Mientras, el Madrid de Benito Floro volvería a depender de sí mismo, pero se negaban en creer en una maldición isleña.
Fue un partido disputado, a la altura de los grandes. Así jugó aquel "Tete" de los Dertycia, Quique, Felipe y Agustín, jugadores mucho más modestos si los comparamos con los Míchel, Butragueño, Hierro e Iván Zamorano, por el bando merengue.
Esta vez no hubo manera de batir a un guardameta procedente de la casa blanca. Agustín estuvo soberbio en cada jugada, aunque bien es cierto que llegó a cometer penalti sobre Zamorano. El colegiado Gracia Redondo no lo vio. Aún así, la máquina isleña no precisó de ninguna ayuda arbitral para vencer a un Madrid gafado con el cambio de hora.
En 1993, otra vez los madridistas abandonarían cabizbajos el Heliodoro Rodríguez. |
- El partido ya empezaría con sorpresa. Un inteligente testarazo de Óscar Alberto Dertycia se colaría por la meta de un sorprendido Buyo. El partido seguiría con un ritmo intenso y un lógico nerviosismo por parte de los capitalinos. Incluso Fernando Hierro llegó a pagarlo con Dertycia, que se mostró muy arisco en la ayuda del argentino para levantarle del suelo.
Aunque los canarios parecían dominar el encuentro, los de Floro no acababan por terminar las jugadas con éxito. Su delantero parecía no dar pie con bola, aunque trató de buscar el gol en todo momento. Para colmo, Zamorano no acabaría el partido, puesto que en una tonta agresión vería la cartulina roja.
Pero antes de eso llegaría la sentencia del Tenerife, que por medio de otro cabezazo, esta vez de Chano, dejaría nuevamente al Madrid a las puertas del título de Liga, algo que quedaría ya claro cuando Gracia Redondo hizo sonar los tres pitidos.
Y otra vez los de Cruyff habrían hecho sus deberes al derrotar a la Real Sociedad por 1-0, resultado suficiente para continuar con la maravillosa era del "Dream Team".
Esta vez hubo doble algarabía, pues al título de Liga de los culés, se sumaba la gran gesta de los isleños, que por vez primera se clasificaban para la Copa de la UEFA. Y al otro lado la cara amarga de la jornada, la del Real Madrid, que una vez más ve como se le escapa un título en la última jornada, y otra vez en su terreno maldito, Tenerife.
En fin, nada más que decir sobre aquellas históricas y alocadas ediciones de "La Liga de las Estrellas". Quiero enviar saludos a los aficionados de Tenerife, Real Madrid y Barcelona, y de paso dejar un magnífico carrusel de aquellas finales, por cortesía de Memorias del Fúrbol:
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