lunes, 23 de noviembre de 2020

El personaje: Dmitri Piterman.



- Sin duda fue uno de los mayores personajes que entretuvo a la Liga Española, un ser capaz de ponerse a todo el mundo en contra con la misma facilidad que solía exhibirse, como si fuera una especie de Míster Universo.
Pero nada más lejos de la realidad, pues a este buen hombre le pudimos ver hacer tanto el ridículo en público como en los términos competitivos. Como máximo mandatario dirigió a Palamós, Racing de Santander y Deportivo Alavés.

Era como una especie de Benny Hill ucraniano que pretendía ser un metrosexual de la época, luciendo estrambóticos modelitos para intentar modernizar su imagen, lo que verdaderamente daría vergüenza ajena.

Piterman quiso ser entrenador.
- Inolvidable es ese jersey similar a la pana sin mangas que se puso alguna vez, los múltiples modelitos de gafas de sol y aquellos trajes caros y llamativos con los que trataba de imponer respeto como si fuese un capo de la mafia camorrera.
En más de una ocasión captó a la prensa por todos los modos, posando desnudo en el banquillo de Mendizorroza o tratando de sacar pecho cual culturista. Piterman era capaz de todo con tal de llamar la atención. 
Su nombre completo es Dmitri o Dmitry Piterman (Дмитро Пітерман) y nació en Odesa (Ucrania) el 18 de diciembre de 1963. Se educó en California (EEUU) a donde se trasladó su familia cuando él tenía doce años de edad.
Parece que al joven ucraniano ya le entusiasmaba el deporte, aunque de fútbol nunca tuvo ni pajolera idea. Lo suyo parece que era la modalidad del triple salto, lo que le ayudaría a obtener una beca para acceder a la Universidad de Berkeley.

Quiso que su primera llegada a España fuese para triunfar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, pero aquel joven atleta fracasaría en el empeño, así que su primera excursión a tierras catalanas sería para hacer negocios, cogiendo las riendas del Tossa y Palamós C.F. 

En el Palamós comenzaría a llamar la atención, y no por sus magníficas dotes de gestión precisamente. Allí conocería a Chuchi Cos, a quien utilizaría de marioneta para hacerse el entrenador. La parte positiva fue que ascendieron al conjunto gerundense a Segunda División.

Tras la fallida compra del C.D. Badajoz, Piterman se lanza con casi todo a por un equipo de Primera División, comprando el 24% de las acciones del Racing de Santander para alcanzar su máxima fama en la "Liga de las Estrellas".
Su estancia en en el club cántabro duraría menos que un viaje en barraca, dejando al equipo en la cuerda floja mientras insistía en chupar protagonismo a pie de campo alegando acreditación como periodista o fotógrafo.

El caso es que el señor Dmitri no se cansaba de hacer el indio, comparando su penosa labor presidencial con la del mismísimo George Walker Bush al frente de la Casa Blanca en los Estados Unidos, de donde él figuraba como ciudadano.

Tuvo un breve paréntesis antes de retornar al balompié, invirtiendo tiempo y dinero en el mundo del balonmano como dirigente de un club cántabro. Ahí se le quedaba corta la fama al ucraniano, por lo que en julio de 2004 compraría algo más de la mitad de acciones del Deportivo Alavés para exponerse a un nuevo capítulo vergonzoso en su carrera.

Aunque ayudó al equipo vitoriano a regresar a Primera, otra vez se daría de bruces contra el suelo en su dirección con el equipo alavesista, para el que también quiso hacer de míster en los entrenamientos con la ayuda de Cos.
Ahora mismo trato de imaginar a Piterman con Miguel Ángel Lotina de la mano y creo que no dejarían equipo vivo en la máxima categoría. Y es que aquel sería el cruel destino del Alavés, que en 2006 retornaría a la división de plata.

Dmitri Piterman fue modelo, entrenador y presidente con el Deportivo Alavés.


- Dmitri Piterman acabaría a hostias con todos por imposición: entrenadores, jugadores y afición. No sé marcharía de Vitoria sin antes dejar al club arruinado, con una deuda de más de 25 millones de euros, por la que después sería denunciado.

Tratando de no hacer mucho más ruido, Dmitri Piterman dejaría atrás España, para volver a los Estados Unidos y así poner en marcha una franquicia futbolística que le dejaría en mayor evidencia y la cual acabaría vendiendo. 
Como el fútbol nunca fue lo suyo -y a las pruebas me remito-, montó en California un negocio inmobiliario junto con su señora, a la que seguramente use como a un Chuchi Cos de la vida. En los Estados Unidos podrá estar mejor, ya que sabemos que "América es tierra de oportunidades", y Piterman necesita muchas.


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