- En algunos países ya había salido la prohibición de fumar en los estadios de fútbol, pero en España todavía no se ha llegado a realizar el veto por completo, ya que todavía había campos en los que podías encenderte un cigarrito con el que aliviar un poco los nervios de la tensión del juego.
Vaya por delante que un servidor respeta a todo el que no es fumador y a las leyes que tratan de mejorar un modo de vida, pero creo que en canchas abiertas la cosa no tiene demasiado sentido. Puedo entender que a nadie le gusta que un fumador expulse su humo donde están sentados sus niños, pero esto es algo que ha ocurrido toda la vida, pues yo he sido niño y he tenido que tragar el humo de cigarros, puros e incluso cosas más fuertes.
Como fumador que soy, quiero reflejar que el tabaco es malo para la salud y, aún así, en el pasado hemos convivido con él en lugares más inapropiados como hospitales, teatros, aulas, medios de transporte y bares.
Tabaco y fútbol fueron unidos de la mano durante toda la vida, un vicio cualquiera como el que come pipas, mastica chicle o se hincha a Chupa-Chups, como hacía el bueno de Johan Cruyff, en su día, un fumador empedernido.
Este deporte se practica en canchas descubiertas, por lo que causa el mismo efecto que pasear por la calle, estar en un parque, en la playa o en el monte. De todos modos, la prohibición sigue en proceso pese a que todavía no se puede asistir a los terrenos de juego por la crisis del Covid-19.
Yo recuerdo viejas tardes de fútbol con el humo invadiendo las gradas. No tengo ingratos recuerdos ni de cuando estaba lejos de ser fumador, pues es algo con lo que convivimos toda la vida. Ahora ya no se dará el caso.
La norma es contradictoria, puesto que la ley refleja en su acta que "las medidas sanitarias frente al tabaquismo establece que «se prohíbe fumar, además de en aquellos lugares o espacios definidos en la normativa de las comunidades autónomas, en instalaciones deportivas y lugares donde se desarrollen espectáculos públicos, siempre que no sean al aire libre".
Parece que la llamada "Ley Antitabaco está saliéndose con la suya, o al menos en algunos estadios. Para ver partidos del Celta he acudido a varios estadios, y no todos prohiben fumar, o al menos de momento.
San Mamés es uno de los que cumplen la ley, aunque existen ciertas trampas con las que los agentes de seguridad hacen la vista gorda. En Medizorroza dejan fumar en el descanso acudiendo a un rincón seleccionado para ello, mientras que Ipurúa, Zorrilla y Anoeta cumplen con la ley a rajatabla.
En Balaídos seguimos fumando tranquilamente, aunque ya somos conscientes de en poco tiempo podríamos ser negados de nuestro cigarrito en nuestra sufrida butaca. De momento todo está en el aire.
Hay ciertos clubes que se resisten a cumplir con la normativa. Es decir, en el Carlos Belmonte o Coliseum Alfonso Pérez no se contempla ni por asomo un campo sin humos. Otras entidades como la del Mallorca o Las Palmas prefieren no mojarse. El caso es que clubes de poco aforo corren el riesgo de perder una gran masa de afición.
Esta imagen es posible que ya no se de en ningún estadio español. |
- Pero esto no es solo cosa de clubes de fútbol, pues mucho tienen que opinar los que mandan, o sea, el gobierno de cada comunidad autónoma. Por poner un ejemplo, Eusko Jaurlaritza ya prohibió el humo en todos sus estadios, mientras que la Xunta galega ya planea seguir sus pasos.
El caso es que hay incluso ciudades deportivas en las que nadie puede encenderse un pitillo, y eso es algo que se trasladará a los campos de fútbol de toda España. Parece que el tabaquismo en el fútbol ya es historia, y eso es lo que se plantea desde todos los regímenes del país. En poco tiempo, todos los que seamos fumadores tendremos que prescindir de ese cigarro que alivia los males o que endulza nuestras victorias.
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