De moda: Cromos de fútbol para siempre.

- El fútbol alimentó nuestra niñez de mil maneras, especialmente cuando empezábamos a ver los primeros cromos de la temporada por la calle. Entonces no parábamos de ver amigos y compañeros de colegio con esos tesoros de papel o cartón con los que compartiríamos muchos momentos.

Pero no pensemos que coleccionar cromos es moda de tiempos actuales o de tres décadas atrás. Esta costumbre existe desde tiempos muy remotos, incluso anteriores a la Guerra Civil española, pues el fútbol mueve montañas. Antiguamente se sacaban cromos de cajetillas de puros, tabaco, dulces y a saber que más. Ahora es más bien comercialización pura.

Cromo de Maradona con el Sevilla.

- Era avecinarse una nueva temporada o torneo internacional importante, y las diferentes compañías ya empezaban a trabajar en una campaña de venta de cromos. Competiciones como la Eurocopa o el Mundial también nos obligaba a gastar nuestra paga en cromos.

Gracias a estas colecciones, muchos desarrollábamos facetas desconocidas en nuestra persona. A la hora de intercambiar estampas teníamos que sacar a la luz nuestro "pez gordo" para negociar un buen cambio que nos permitiera avanzar en nuestra particular colección, así hasta completar nuestro álbum.

Muchos nos defendíamos solos, sin ayuda de hermanos mayores o padres. Recuerdo que en mi barrio había un personaje al que llamábamos "Fichajes", un padre de familia que se dedicaba a buscar niños con los que intercambiar cromos para ayudar a su hijo en su afición de cada temporada. Pese a que disfrutaba más que su propio hijo, el tipo era un ser encantador, quiero decir que tampoco hacía daño a nadie. Además, no creo que coleccionar cromos deba tener una edad señalada. 

"Sile, nole, sile, sile, nole...". Contábamos los cromos de otros chavales con los que tratábamos de negociar, ofreciendo si fuera necesario dos, tres, cuatro o más cartulinas si la negociación se ponía complicada.

El tema de los fichajes nos traía a todos de cabeza. Siempre era más difícil conseguir fichajes entre aquellos sobres de cinco o seis cromos. Recuerdo como algo muy especial abrir cada sobre para comprobar los jugadores que nos habían salido: "¡Alfredo Santaelena!, fichaje nº 12... ¡Noleeeee!. 

Aquellos álbumes de cromos venían con sus apartados bien estudiados y ordenados, con la página de cada equipo y esos espacios en los que tendríamos que ubicar la pegatina... aunque a veces había que hacer uso del pegamento o celo.

Hubo un tiempo en el que los periódicos deportivos tuvieron la gran idea de aportar unos sobres de cromos con sus suplementos, pero no era más que una táctica para que todo coleccionista picase cual lubina. 

Panini y Ediciones Este fueron las empresas más populares en cuanto a esta serie de colecciones. Ambas consiguieron que los niños de diversas décadas cayeran en la trampa de coleccionar cromos, aunque a algunos no nos hacía falta motivación alguna.

Nos gastábamos la paga cada domingo ilusionados con nuestros cromos de fútbol, así hasta completar el álbum o darlo por imposible. Eso sí, una vez acabada la temporada de la liga nacional... ¡SORPRESA!. ¡Ahora vienen los cromos de la Copa del Mundo!.

Y con el Mundial o la Eurocopa venían otras colecciones con las que tenernos entretenidos la primavera y parte del verano. Todo era un negocio, pero reconozco que lo disfrutábamos con gran ilusión.

Aquí vemos varios álbumes de diferentes épocas y el del Mundial de Italia 90.

- Claro que esta tradición de los cromos aún se lleva, pero es evidente que con menos intención que antaño. No obstante, hay gente que sigue coleccionando cromos, especialmente los más antiguos o los que recuerden a su niñez. Es por ello que en las webs de compra-venta podemos encontrar a muchos usuarios vendiendo coleccionables.

Yo poseía un gran tesoro, diferentes álbumes completos e incompletos de mi niñez que supongo se irían perdiendo en cada mudanza. Aún así, en la memoria también podemos archivar cada colección, pues son cormos de fútbol para siempre.