- A veces echamos memoria atrás y solo recordamos a futbolistas que marcaron época, nombres que pasaron a la posteridad por su espectáculo o méritos deportivos. Pero siempre hay momentos en los que te reúnes con los colegas y conversas sobre momentos del fútbol curiosos y, sobre todo, los más graciosos.
Seguro que en muchas anécdotas de esas aparece el nombre del danés Thomas Gravesen, un loco atrevido que dejó a lo largo de su trayectoria miles de historias que nos hicieron reír. Algunas fueron vergonzosas, la verdad. Buscar su nombre hoy en día por Internet es encontrar oro, al menos si tratamos de recordar algunas de sus travesuras dentro y fuera de la cancha... Le hubiera pegado más como apodo "Thomas Travesen".
Le puso el pene encima a un compañero. |
Muchas de sus bromas eran ciertamente pesadas. Quizás, Thomas era el típico "chulillo de clase" al que se le veía venir de lejos, con sus fuertes caricias, cariñosas, bromistas y a veces molestas. Su forma de jugar era algo incontrolable, con un punto infantil que lo tornaba comprensible, aunque a veces se pasaba de la ralla, claro está.
Siempre se lo dije a mis amigos, que su coincidencia con César Sánchez en el Real Madrid, conllevaría alguna pelea en los entrenamientos. El de Coria tenía también una soberbia tremenda, por lo que ambos podrían chocar en cualquier momento.
Pero no sería con César donde se encontraría la "moviola" del típico entrenamiento tonto del danés. En plena pretemporada blanca se montaría el lío. Resulta que Robinho quiso exhibirse ante el centrocampista haciéndole una bicicleta, con lo que Gravesen respondería con un gruñido.
El brasileño repetiría la filigrana y la réplica sería una patada a la que Robinho respondería con un puñetazo al pecho escandinavo. Así, de repente, se montaría un lío que acapararía la atención de toda la prensa. Ambos jugadores acabaron a tortazos.
Gravesen era capaz de sorprender con una extraña filigrana de su invención, como la "Gravesinha", así como de protagonizar tontas anécdotas en las sesiones de entrenamiento. Un día, el bueno de Ronaldo se rompió un diente porque le había levantado por los pies Thomas.
Lo suyo ya venía de lejos, pues ese ogro al que apodaban "Shrek" (por su cierto parecido con el personaje animado), ya las liaba cuando jugaba en Inglaterra con el Everton. Allí también las tuvo sonadas.
Cuentan que su pique con Wayne Rooney era tan evidente, que ambos jugadores se retarían en el gimnasio con fuegos artificiales, los que se lanzarían el uno al otro sin compasión alguna.
También dejó huella en sus inicios con el Vejle, cuando en otro entrenamiento le se ocurrió ponerle el miembro encima a un compañero de equipo sacándoselo por un lado de la entrepierna del pantalón. ¿Qué podían esperar sus compañeros de un tipo cuya primera novia fue una actriz porno?. Thomas no tenía límites con sus pesadas bromas.
Imagen de la lamentable y desigual pelea entre Robinho y Thomas Gravesen. |
- Chorrear con agua a sus compañeros, toñejas dolorosas, jugar al escondite con prendas íntimas... Lo de Gravesen era pura locura desorbitada y lo demás son tonterías. Como futbolista no marcó época, pero sí dejó muchos momentos de cachondeo.
Una de sus locuras que más se han conocido sobre éste loco incomprendido fue la de cuando perdió 61 millones de euros jugando al póker, y eso que en ello era bastante bueno. De hecho, hoy en día vive como un Dios en Las Vegas (Estados Unidos), ¿dónde si no?. En fin, así son las locuras de "Mad Dog".
No hay comentarios:
Publicar un comentario