De moda: Tipos de balón de fútbol para el recuerdo.

- Aviso que éste es un artículo para los más nostálgicos, aunque no deja de ser una moda actual, pues el balón siempre formará parte de nuestro querido fútbol. Este deporte comenzó a tener importancia por el mundo a finales del siglo XIX, aunque en muchos países no se puso de moda hasta los comienzos del siguiente.

Balones hubo de todo tipo, empezando por aquellos que se fabricaban con viejos trapos y cuerdas a los que ya pasaron a ser más de carácter oficial, elaborados con buenas pieles y el típico cordón transversal que cerraba el esférico.

A partir de entonces, la clásica pelota de fútbol fue evolucionando, y ya en la década de los sesenta nos encontramos con el mítico balón de paneles poligonales y hexagonales que, por entonces, le hacían más consistente.

Marcas y modelos hemos conocido muchos: Tango, Etrusco, Telstar, Questra, Mery Sport, Azteca, Jabulani, Teamgeist... Adidas, Nike, John Smith, Joma, Reebok, Puma... y así, hasta el clásico y menos oficial Mikasa.

Sonaba muy profesional llamar a este redondo objeto "balón de reglamento", incluso nos gustaba decirlo así por hacernos los expertos. Todos recordamos nuestros juguetes de la infancia con cariño, y la pelota de fútbol fue uno de los más amados.

Incluso dábamos importancia al típico balón de plástico que podía costar cien pesetas. Con esta clase de bola imaginábamos efectos imposibles que luego era imposible emular con un balón de cuero.

Luego estaba ese esférico de plástico más duro, el que dolía de verdad. Bueno, dolía y picaba, porque cualquiera se situaba en la barrera de una falta para, un día de frío o lluvioso, recibir ese pelotazo que te dejaba con los ojos llorosos.

Recuerdo que Mikasa ya empezaba a fabricar balones de ese plástico tan perjudicial para nuestra piel. Eran duros y duraban lo que tardábamos en encajarlos, bien sea en una huerta, casa, local o en cualquier sitio difícil de traspasar.

Todos nos enamoramos de nuestro primer objeto redondo de cuero... pero los de aquellos años ochenta y noventa apenas se conservaban en buen estado. El balón acababa por desintegrarse completamente, perdiendo todo aquel cuero -cada vez menos reluciente- hasta convertirse en un auténtico trapo viejo que, más que volar hacia la portería, flotaba.

Y no quiero olvidarme de los pesadísimos balones medicinales con los que entrenábamos, esas bolas gigantes que con solo patearlas ya notabas el resultado del dolor. Apenas avanzábamos con aquella ruda pelota.

Cualquier parque era bueno para patear nuestro apreciado balón de fútbol.

- Con nuestros primeros Mundiales ya llegaban los Tango, Azteca, Etrusco, Questra y el Adidas Tricolore. Bueno, de la marca Adidas ya eran casi todos, y hacerte con uno suponía un gasto importante o apreciable gesto de cualquier familiar.

Aquellos balones de los noventa ya eran más duros, con una capa interna de espuma negra de poliuretano que hacían de la herramienta futbolística un juguete más fiable, impermeable y, sobre todo, profesional.

Ahora ya disponemos de infinitos ejemplares, para todos los gustos y de todos los precios. Telstar 18 y todos aquellos esféricos de las diferentes ligas (veraniegos e invernales), pueden adquirirse perfectamente, aunque también contamos con las imitaciones de marras.