sábado, 13 de febrero de 2021

El personaje: Gamal Al-Ghandour.


- Mundial de Corea-Japón 2002. Si hay un nombre que se recuerde bien por España en aquella aventura internacional, ese es el de Gamal Mahmoud Ahmed Al-Ghandour (جمال محمود الغندور). A este hombre se le acusa de haber echado literalmente a España de la Copa del Mundo más oriental en la historia del balompié. 

Nacido en El Cairo (Egipto), el 12 de junio de 1957, llegó a presidir el comité arbitral de su país, considerándose a sí mismo como un perfecto analista del fútbol como gran amante de un deporte que le dio de comer.
Aún tiene el insólito honor de figurar como el único árbitro no europeo que ha trabajado en una Eurocopa, y es que en la edición que se celebró en Bélgica y Países Bajos allá por el año 2000, tuvo que ejercer de juez en los partidos entre Dinamarca y República Checa y España-Noruega.

Como podemos ver, Gamal no dirigiría por vez primera un partido con la selección española en aquel choque mundialista, pues ya fue testigo directo de otro tropiezo ibérico en aquel partido frente a Noruega (0-1).

Pero vamos a centrarnos en ese partido que convierte a Al-Ghamour en nuestro personaje de hoy. El egipcio asistiría a Corea-Japón 2002 como uno de los miembros del Comité de la CAF junto a Falla N'Doye, Coffi Codjia, Mohamed Guezzaz y Mourad Daami.
Por su parte, "La Roja" de José Antonio Camacho progresó fácilmente por la fase de grupos al ganar todos sus partidos ente las selecciones de Paraguay, Eslovenia y Sudáfrica.

El avance español continuaría con la victoria en los octavos de final ante la selección de la república irlandesa. Los de Camacho necesitarían Dios y ayuda para pasar de ronda, pues sería necesario superar la ronda de penales tras empatar a uno.

Ilusionados por llegar a cuartos, los españoles casi daban por muerto a su siguiente rival, una Corea del Sur que ejercía de anfitriona y que estaba preparada par dar la sorpresa con Gamal Al-Ghandour como buen aliado.
El 22 de junio de 2002, España y Corea se verían las caras en el estadio de Gwangju, donde se prduciría el mayor robo de la historia en una competición internacional. A las 15:30 de aquella aciaga tarde, el balón echaría a rodar.

Fue un partido con dominio inicial por parte de los asiáticos, aunque España fue cogiendo forma a lo largo del encuentro y acabaría lamentando la primera decisión errónea del trencilla egipcio, que anularía un tanto de Rubén Baraja.

Además de favorecer a los coreanos con pequeñas faltitas, Al-Ghandour sacaría de quicio al combinado español al anular el que hubiera sido el "gol de oro" para España, obra de Fernando Morientes. Finalizaría la prórroga con varias ocasiones por los de Camacho que el árbitro cortaría con fuera de juego inexistente, evitando el lanzamiento de un córner por decretar el final del choque, que se iría a la tanda de penaltis.

Gamal Al-Ghandour sacó de quicio constantemente a los jugadores españoles. 


- No habría más opciones para la escuadra roja, pues sucumbiría en la lotería de los penaltis para que los anfitriones siguiesen adelante en su competición. Los jugadores españoles se volverían locos, rodeando al colegiado africano para pedirle explicaciones por su clara inclinación hacia los coreanos.

Al día siguiente, todos los medios deportivos del país -y parte del extranjero- criticaban la penosa labor del Gamal Al-Ghandour, quien durante años dejaría un imborrable recuerdo negativo para todos los españoles. Llegó a ser acusado de favorecer a Corea del Sur, pero Gamal siempre echó balones fueras culpando a sus compañeros de arbitraje y alegando que nunca recibió dinero por parte del equipo surcoreano. 




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