sábado, 10 de abril de 2021

El personaje: Sánchez Arminio.


- Quizás su cargo más reciente, como presidente del Comité Técnico de Árbitros, sea lo más recordado, para bien o para mal. De todos modos, cabe reconocer su carrera como colegiado entre 1976 y 1989, con el colegio cántabro.

Mi opinión personal no tiene porque ser la más exacta. No voy a juzgarle como árbitro, ya que no recuerdo muy bien sus actuaciones. El caso es que fue considerado como uno de los mejores trencillas del país durante su época.
En cuanto a su labor en la CTA, he de decir que no siempre fue justo, aunque todos sabemos que la función de la RFEF da palos de ciego en cada paso que dan. Él es el responsable de gran número de fallos obrados por el Comité. Para mi su trabajo al frente del mismo dejó mucho que desear.

Parece la versión cántabra de Augusto César Lendoiro, ex-presidente del Deportivo de La Coruña con el que además tiene buena amistad. Como muchos miembros responsables de nuestra liga, también cuenta con poderosos enlaces.

Victoriano Sánchez Arminio nació el 26 de junio de 1942 en Santander, Cantabria (España). Debutó como árbitro de la Primera División española el 11 de septiembre de 1976, en un choque entre el Málaga y Salamanca, en La Rosaleda. El partido, con cuatro tarjetas amarillas y una expulsión (por doble amarilla) al salmantino Enrique, acabaría con resultado de 1-0 favorable al cuadro andaluz.

Aquel sería el primer partido de los 222 que dirigió entre Primera y Segunda División, teniendo sus errores y sus aciertos, como todo hijo de Dios. En total mostró 351 tarjetas amarillas y otras 31 de color rojo.

Participó en un partido del Mundial de México 86, el que enfrentó a Corea del Sur con la campeona Argentina de Diego Armando Maradona. Su retirada vendría tras la finalización del curso 1988\89, habiendo dirigido por última vez un partido de La Liga, el que enfrentó a Real Oviedo y Athletic Club de Bilbao, el 25 de junio de 1989. El choque entre asturianos y vascos se resolvería con victoria de los visitantes por 0-3. Aquella tarde en el Carlos Tartiere sería la última vez que Sánchez Arminio se vistió de corto.

De repente, cambiaría silbato por un buen puesto en los despachos, designado por Ángel María Villar como miembro del Comité de Árbitros de nuestra Liga. Durante 25 años, el cántabro sería presidente del CTA.

Respaldó a los diferentes árbitros de la competición española, muchos aplaudidos por sus actuaciones y otros criticados con razón. Lo peor de todo, es que los peores arbitrajes que se llegaron a ver en España salieron impunes por culpa de la eterna defensa de este señor con sus compañeros de oficio, y os aseguro que hubo situaciones que siempre me hicieron dudar sobre la pureza de la Liga Española.

Victoriano Sánchez Arminio le pide matrimonio a Mateu Lahoz.


- Si había que favorecer a los grandes, ahí estaba Sánchez Arminio, ese presidente del Comité de Árbitros que durante casi tres décadas ejerció un cargo sin cumplir neutralmente con su trabajo, que es velar por la justicia de todos los clubes del fútbol español.

También instructor de árbitros por la FIFA, su nombre siguió figurando en un despacho de la RFEF hasta que Luis Rubiales hizo algo bueno y anunció su cese 18 de mayo de 2018. Carlos Velasco Carballo es su sucesor.

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