domingo, 29 de noviembre de 2020

El personaje: Mateu Lahoz.


- Vaya por delante que me parece uno de los árbitros más decentes de la Liga Española, a la que llegó en 2008 para aportar un soplo de aire fresco por su especial forma de dirigir encuentros. No se puede decir que cumpla con la visión ideal de árbitro perfecto, ya que contentar a todos es harto complicado.
No obstante, deberíamos excluirle de ese grupo al que comúnmente denominamos "todos los árbitros son malos", pues tiene su propio criterio, no se deja influenciar y manda y ordena a su manera.

Antonio Miguel Mateu Lahoz pertenece al Comité de la Comunidad Valenciana, ya que nació en Algimia de Alfara el 12 de marzo de 1977. A sus 43 años, ya acumula una experiencia internacional de 37 partidos dirigidos.

Yo le bauticé como "Robocop", por esa alopecia que tanto se asemeja a la que luce el agente Alex Murphy (Peter Weller) cuando se quita el protector de su cabeza. Incluso por sus movimientos parece emular al ficticio autómata, firmes, extraños, y aún más graciosos cuando intenta poner orden poniendo una cara de seriedad que poco le pega.

Saliéndonos ya de esta comparación con el séptimo arte, repasemos pues un poco el desarrollo de su carrera arbitral. Al igual que la mayoría de los que se dedican al arbitraje, Mateu Lahoz se iniciaría en este mundo siendo muy joven, dirigiendo en niveles menores a partir de 1992, con quince años de edad. 
A la Tercera División llegaría a finales de los noventa, donde ya iniciaría su rápido despegue hacia el mundo profesional, ejerciendo su futura profesión durante tres años hasta que pasó de forma seguida por Segunda B y la categoría de plata.

En cuestión de cuatro años, un ignoto colegiado de buena estatura y con cuerpo de "txikitero bilbaíno" irrumpiría en Primera División para formar parte de los veintitrés colegiados que conformarían el comité de cara al curso 2008\09, entre los que figuraba el veterano Iturralde González

Mateu Lahoz sería destinado a dirigir el Sevilla-Sporting de Gijón el 13 de septiembre de 2008, un choque celebrado en el Sánchez Pizjuán en el que tendría mucho trabajo por ser un encuentro muy disputado y con goles (4-3).
A partir de entonces veríamos una nueva forma de arbitrar. El valenciano nos sorprendería con su rápida interpretación de las jugadas, un carácter especial y sobre todo por esa constante faceta de dialogar con los jugadores, cuerpo técnico y compañeros de juicio.

Parece que al principio costaba mucho entender su forma de actuar, pero en poco tiempo ya era capaz de acostumbrarnos a sus charlas con jugadores como Cristiano Ronaldo, Lionel Messi, Aritz Aduriz, Sergio Ramos, Joaquín, Iago Aspas o Gerard Piqué, tipos muy protestones que no se lo pondrían muy fácil. 

También se las vería con entrenadores de mucha palabra, quizás tanta como él mismo. Profesionales del banquillo como Diego Pablo Simeone, Pep Guardiola o José Mourinho también tuvieron sus más y sus menos con el valenciano. 

Apreciamos a Mateu Lahoz en pleno diálogo con Eduardo Berizzo mientras es acosado por Iago Aspas.


- Lo cierto es que para mi es algo innovador, aunque quizás algo innecesario teniendo en cuenta que los minutos corren y, sea contra quien sea, se debe actuar. Ser más autoritario podría ayudarle más, aunque parece que no lleva mal ser el árbitro más dicharachero de la Liga española.

Doce años acumula en la mejor liga del mundo, en la que ya goza de un prestigio como juez sin haber cambiado en nada sus propias reglas, esas que le han llegado a convertir en uno de los colegiados más peculiares en la historia del balompié.
Ahora, y con la ayuda del sistema del VAR, la LFP trata de colaborar con la difícil tarea con la que cumplen hombres como Mateu Lahoz, aunque éste siempre trata de discutir en cada jugada, aunque sea con la propia pantalla de la nueva tecnología de arbitraje.

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