- Esta sí que es la auténtica moda de todos o, casi todos, los futbolistas. Extraño es el que nunca ha adornado su piel, aunque sea con un simple tribal, que es el "tattoo" por excelencia de los años noventa. Hoy en día descubrimos ya grandes obras de arte.
Hay jugadores que más que personas parecen cuadros, pues tienen más tinta encima que un plato de chipirones. Y eso que yo soy de los que lucen tatuajes, pero considero que lo excesivo ya afea la piel en demasía.
Sin embargo hay hombres que no estarán de acuerdo conmigo, tanto en el deporte como en la vida real. Cada vez son más los futbolistas que suelen tatuarse casi por completo, y aquí trataré de reunir a los más conocidos.
Los hay que se "pintan" el nombre de su pareja, el de su madre, padre o el de sus hijos. También algunos muestran respeto y cariño por su mascota, que es una de las ocurrencias más típicas entre cualquier ser humano.
Muchos de los archiconocidos personajes de este deporte parecen un bloc de notas con tantas frases y nombres por el cuerpo. Por usar un ejemplo, Sergio Ramos es de los que tienen nombres de su importancia y una mezcla de dibujos y figuras que ocupan casi todo su cuerpo. El de su espalda lo enseña cada dos por tres.
Mauro Icardi es uno de los más tatuados del deporte rey, destacando un gigantesco león que le come toda la tripa. A Memphis Depay le devora la espalda otro felino, aunque el dorso no es la única parte que tiene bañada en tinta.
Arturo Vidal es otro de los que tienen muchas escrituras, al igual que Zlatan Ibrahimovic, Carlos Tévez, el brasileño Neymar Júnior y hasta Lionel Messi, quien en su brazo derecho porta el rostro de Jesucristo. ¿Estará implorando a "Dios" Armando Maradona?.
Otros que poseen excesivos adornos en su piel son: Ezequiel Lavezzi, Ricardo Quaresma, Kevin-Prince Boateng, Nigel de Jong, Radja Nainggolan o Dani Alves. Quizás se me escapen algunos de niveles más exagerados, pero estos son los que me vienen ahora a la cabeza.
Los más discretos son Antoine Griezmann, Luis Suárez, Iker Muniain, Philippe Coutinho, Paulo Dybala, Iago Aspas, Joaquín Sánchez y, un poquito más dibujado, el sevillista Lucas Ocampos.
Aquellos que se retiran del fútbol no pierden el gusto por las modas, y David Beckham puede dar buena fe de ello. Fernando Torres puede estar muy de acuerdo, al igual que Guti, Djibril Cissé, Daniel Agger, Raul Meireles o Víctor Valdés, entre otros.
Tampoco se escapan los entrenadores. Diego Pablo Simeone luce un escrito oriental en su brazo derecho, incluso José Mourinho tiene un "tatu" como reloj. Otros que no se han cortado con la tendencia de grabar en su piel han sido Luis Enrique Martínez, Frank Rijkaard, Jorge Sampaoli o el ex-céltico Antonio Mohamed.
Sergio Ramos luciendo una espalda que parece una pizarra. |
- Yo, como buen tatuado, soy de los que prefieren la tinta en los antebrazos, como viene pasando con la mayoría de los futbolistas o gustosos por este deporte. El tatuaje que más me ha gustado de un futbolista, es el que luce Jonny Otto, quien en su brazo luce la popular frase de la película de "Gladiator", esa que asegura que "lo que hacemos en vida tiene su eco en la eternidad".
Claro que hay jugadores que pasan de los tatuajes, como es el caso del barcelonista Gerard Piqué. Como él hay más, pero la mayoría, aunque sean poco visibles, acaban "sudando tinta" en el césped.
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