- Ocurrió el 4 de junio de 1980. Han pasado más de cuarenta años de aquella insólita final copera en la que dos equipos de un mismo club salieron ganadores, ya que en ella se enfrentaron el Real Madrid y su equipo filial, el Castilla.
Es algo que no se ha vuelto a repetir ni se repetirá, puesto que a partir de los años noventa se prohibiría la participación de filiales en esta competición. Nunca un equipo de Segunda División daría tanto que hablar, pues ninguno fue capaz de llegar a una final de la Copa del Rey como lo hizo el Castilla.
Para ello, el equipo canterano tuvo que derrotar a grandes rivales que le salieron al paso, contando con prometedores futbolistas, incluso algunos de ellos llegarían a jugar para el primer equipo.
Gallego jugaba para aquel Castilla. |
- Por citar algunos de aquellos jugadores, empezaremos por Ricardo Gallego, quien años más tarde ganaría varios títulos con el Madrid. Agustín Rodríguez era el portero, otro que formó parte de la plantilla de mayores, aunque figurando como el eterno suplente. Casimiro Torres acumuló experiencia en Primera División, como también lo hicieron sus compañeros José Manuel Espinosa, Juanito, Miguel Bernal, Javi Castañeda, Pineda, Álvarez, Cidón, Paco y Herrero. José Manuel Otxotorena era el meta suplente de Agustín.
Por el aquel Real Madrid campeón, García Remón ocupaba el marco, Pirri y José Antonio Camacho eran parte de la zaga y Vicente del Bosque formaba línea de medios con el alemán Uli Stielike. Juanito, Santillana y Cunningham eran los atacantes de Vujadin Boskov, quien por entonces dirigía al primer equipo madridista.
Aún ni existía "La Quinta del Buitre", y el fútbol español estaba a punto de ser dominado por equipos vascos como Real Sociedad y Athletic de Bilbao, conjuntos que habrían de enfrentarse en Copa con el Castilla C.F.
La gesta de los canteranos merengue se iniciaría en Almendralejo, derrotando a un Extremadura al que golearían sin piedad en la primera ronda del torneo. Juanjo García, entrenador inesperado de aquel Castilla tan prometedor, sabría motivar a sus chicos para seguir avanzando.
Alcorcón y Racing de Santander serían los siguientes en caer, pasando también ante el Hércules para quedar exentos de participación en la quinta ronda. Por su parte, el Real Madrid no empezaría a competir en Copa hasta los octavos de final.
Para el primer equipo sería casi un caminito de rosas, a excepción de su llegada a la semifinal, en la que superaría el derbi madrileño ante un Atlético al que vencería dificultosamente en la tanda de penaltis (4-3).
El Castilla se acostumbraría a ofrecer espectáculo desde su primer adversario en octavos, un gran Athletic de Bilbao que ya contaba con futuros campeones como Santi Urkiaga, Andoni Goikoetxea, Dani y Miguel De Andrés. Entre ellos también estaba Txetxu Rojo.
Tras empatar a cero como locales, los pupilos de Juanjo derrotarían al conjunto bilbaíno en "La Catedral" por 1-2. Fue una gran noche en la que los jugadores blancos fueron ovacionados por el público de San Mamés.
Oro grande al que tumbaría el filial merengue sería la Real Sociedad, aquella poderosa escuadra y futura ganadora de la Liga en la que figuraban los Luis Arkonada, Jesús Mari Zamora, Satrústegui y Santi Idígoras.
El último escollo antes de llegar a la final sería el Sporting de Enrique Castro "Quini", otro legendario jugador español que viviría un amargo episodio en la semifinal frente a un Castilla bastante crecido, ganador del enfrentamiento tras remontar el mal resultado cosechado en El Molinón (2-0). Los jóvenes madrileños vencerían por 4-1 en su cancha.
Foto de familia antes de iniciarse aquella final entre equipos madridistas. |
- Y llegó el día de la gran final, esa en la que pasase lo que pasase, ganaría el mismo club. Pero para mayor espectáculo, muchos deseaban que ganase el filial, que tras el pitido inicial de Franco Martínez, saldrían muy motivados.
Pero pronto se desataría el vendaval de los de Boskov, que por medio de Juanito(2), Santillana, Sabido, Del Bosque y García Hernández, cerrarían pronto un partido que solo podría ser maquillado con el gol de Ricardo Álvarez para el Castilla.
Con aquel 6-1, todos cantaron el alirón. Por su parte, el Castilla había alcanzado una de las más sonadas gestas del fútbol español al llegar a una final como equipo de Segunda, mientras que el Real Madrid conquistaba su 14º título copero.
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