- En este artículo quiero referirme a las normas que dictan la RFEF (Real Federación Española de Fútbol) siguiendo el criterio marcado por el CTA (Comité Técnico de Árbitros), pues parece que funcionan de forma diferente al resto de las competiciones mundiales.
La semana pasada asistimos a uno de los mayores robos de la historia en el partido de vuelta de la semifinal de la Copa del Rey, la que enfrentaba a Barça y Sevilla. Antes quiero aclarar que no soy simpatizante de ninguno de los dos equipos, por lo que mi opinión es símplemente neutral. Cierto es que siempre voy con los clubes de menor renombre, pero esto se trata de buscar justicia.
Pues bien, ya sabéis todos cual fue la jugada que trajo cola en aquella semifinal. La mano del francés Clément Lenglet -para más inri, de pasado sevillista-, no fue apreciada por el colegiado Sánchez Martínez. Tampoco el sistema del VAR cumplió con su trabajo.
Creo que no seré el único que vio la jugada como un claro penalti que no se quiso pitar a un Sevilla con inferioridad numérica en el césped. Lenglet va en la jugada con la mano extendida y el balón acaba golpeándole en el brazo, por lo que debió señalarse penalti.
Tanto perjudicó el error del equipo de arbitraje, que el Sevilla quedaría eliminado de la competición copera, y hasta un experto como el ex-colegiado Iturralde González criticó la decisión de sus colegas.
Ahora ya es demasiado tarde para recular en la decisión, pero eso es lo que siempre pasa con toda deicisón tomada a ras de césped, por lo que el sevillismo tendrá que lamentar no poder medirse al Athletic Club en la final.
Esta clase de errores llevan viéndose a lo largo de toda la historia del balompié, aunque antaño era más perdonable aceptar ciertos errores de los árbitros, siempre y cuando no fueran tan clamorosos. Lo realmente preocupante es que hasta con la ayuda de las nuevas tecnologías seguimos viendo nefastas actuaciones arbitrales.
"Antes del primero de junio de 2016, si un futbolista estiraba los brazos en un salto en el área y la pelota le pegaba en la mano, por ejemplo, el árbitro era quien interpretaba la jugada y decidía si había intención o no de desviar el balón. Ahora, si un jugador amplía el volumen de su cuerpo con los brazos y la pelota le pega, es penalti". -Esta norma podremos encontrarla en cualquier acta oficial del CTA, lo que hace aún más injusta la eliminación del equipo andaluz.
Aún más claro todavía, pues las reglas marcadas por el Comité de Árbitros aclara que "si la pelota impacta en los brazos, es penalti. Sobre todo cuando el jugador impide con su movimiento que el esférico siga su curso".
La mano de Clément Lenglet en el partido de Copa debió ser señalada como penalti. |
- Lo que ocurrió el pasado miércoles en el Nou Camp aún se convierte en más contradictorio. Está claro que el brazo de Lenglet impide que el balón siga su trayectoria, por lo que Sánchez Martínez debió señalar penalti para los sevillistas. Esto no currió.
Ahora ya no nos queda claro cuando una mano es sancionable o no. Que si el brazo está pegado al cuerpo, que si mano involuntaria, que no había intención... Al final no sabemos ni de que va el rollo. Es decir, una mano será pitada cuando más le convenga al trencilla y a ese equipo que le sigue detrás, tanto en el verde como en la cabina del VAR. Como se suele decir: "Para todo lo demás, MasterCard".
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